domingo, 30 de agosto de 2020



Hoy cumplirías 16 años, todo un adolescente.
Pero ya he hecho un balance de tu corta vida, y no hay duda de que la has vivido a pleno, pero te faltaron infinitas cosas.
En cambio, yo…
He llegado a lo que muchos definen como la mitad de la vida.
Y en estos 50 años he pasado por muchas emociones, viví muchísimas sensaciones, y experimente incontables sentimientos.
Conocí la tragedia, el día que te perdí.
La alegría, en muchísimas pequeñas cosas.
El miedo, otras miles de veces.
La soledad, buscando en otros lo que no podía encontrar en mí.
El desconsuelo, con la perdida y las ausencias.
Un milagro, el día que nacieron mis hijos.
El fracaso, en las incontables oportunidades que dejé pasar o que simplemente no tuve el valor de aprovechar.
La sorpresa, el día que me di cuenta que lo que escribía le gustaba a los demás.
La generosidad, la mía y la del prójimo.
La compasión, cuando perdone a los que me hicieron tanto daño.
La culpa, cuando perdí todo lo que amaba mientras naufragaba en un mar de mentiras.
He vivido…
y ha sido una vida intensa, demasiado para mi gusto, pero la he vivido con pasión.
Y me ha dado un regalo, que no creo merecer, y es esta segunda oportunidad.
Una segunda oportunidad para amar y ser amado sin condiciones, ni engaños, ni mentiras.
Y para comenzar una nueva vida, esta vez mucho más sabio, más maduro, más responsable, y más viejo.
Con todas las ausencias que me acompañan cada día, con esa mochila cargada de recuerdos, y con todos los sentimientos a flor de piel, en algunos casos acariciándome el alma, y en otros, apuñalándola sin piedad.
Quería contarte mi vida, a corazón abierto, hijo de mi vida.
¡¡¡Te echo tanto de menos!!!

Te amo…Mucho
Papa